lunes, 14 de septiembre de 2020


Tips de cómo ahorrar para comprar la casa de tus sueños

Tal vez llevas años preguntándote si podrás tener algún día la casa de tus sueños. Con tantos problemas económicos a nivel mundial, parecería imposible y si a eso le sumamos un sueldo bajo, la situación se complica todavía más.
Por fortuna para ti, incluso en esas circunstancias existe una esperanza. Todo radica en que utilices inteligentemente tus ingresos, es decir, que los ahorres en función de tu meta. No te preocupes si no sabes cómo; nosotros te ayudamos mediante una serie de consejos a seguir.

Determina el presupuesto

Lo primero que debes hacer para comprar la casa de tus sueños es determinar su costo según las características y zona de tu preferencia. En otras palabras, se trata de calcular cuánto presupuesto necesitas exactamente para adquirirla.
Un punto importante aquí es tomar en cuenta tus opciones; existen muchas instituciones que ofrecen créditos hipotecarios bastante amplios, con cualquiera de ellos podrías tener la “casa de tus sueños”.
Pero una vez hecha la compra estarías sujeto a las hipotecas y si tus ingresos se afectan negativamente, podrías perder la casa y todo tu esfuerzo. Toma todo eso en cuenta antes de establecer el presupuesto, lo más recomendable siempre es tener un ahorro de contingencia.

Salda tus deudas actuales

Si empezarás a ahorrar para la casa de tus sueños, necesitas obligatoriamente saldar tus deudas actuales, de lo contrario la cantidad que puedas ir guardando será muy limitada.
Las deudas pueden ser de muchos tipos: préstamos, productos adquiridos por cuotas, tarjetas de crédito etc. De acuerdo con el caso puede que tardes más o menos en cubrir el costo, no obstante, no empieces a guardar dinero hasta no haberlo hecho, sin importar cuánto tiempo pase.
Cabe destacar también que las deudas suelen afectar el historial crediticio, en la medida que vayas liquidándolas, iras mejorando tus oportunidades de acceso a créditos de mejor calidad.

Enumera tus gastos

Es fundamental que te detengas a hacer una lista con todos tus gastos actuales; eso incluye servicios (alimentación, internet, renta…), salidas, compras de ropa, membresías y todo lo que afecte tus ingresos.
Aquí es importante ser minucioso y asegúrate de evaluar toda tu situación económica, no dejes nada por fuera, independientemente de que el gasto sea mayor o menor.
Asimismo, sé transparente con las cifras y no recortes el costo real de ningún producto o servicio. Sé completamente objetivo, o tus ahorros acabarán siendo una mentira y nunca tendrás la casa de tus sueños.

Deshazte de lo innecesario o modifícalo

Una vez que tengas el listado con tus gastos, es momento de ver cuál es imprescindible y cuál no. Muchas veces invertimos en ciertas cosas que no necesitamos, por ejemplo, una suscripción a una revista que nunca leemos realmente.
Si en tu inventario hay gastos así, tienes dos opciones; la primera es removerlos y la segunda es reemplazarlos por una opción más económica. Quizás exista una revista igual de buena a la mitad del precio.
Por otro lado, es posible cambiar ciertos hábitos; puede que te guste desayunar en algún café, siendo así, seguramente gastarías menos si te hicieras el desayuno en casa.
Estos cambios o modificaciones parecerán simples al principio más, sin embargo, a largo plazo te generarán un ahorro mucho mayor de lo que crees.

Busca otras entradas de dinero

Un solo trabajo es más cómodo que tener dos o tres; aunque al tener más de 1, es más grande la cantidad de ingresos que obtienes. Ese aumento se traduce en una reducción dentro del tiempo de ahorro.
Claro está, deberás organizarte y no te preocupes por el tiempo existen muchas opciones con las que puedes probar en tus ratos libres. Te agotarás más, sí, pero también ganarás más. 

Guarda una parte de tus ingresos

Este último Tips es el de mayor importancia y es el que da validez a todos los anteriores. De nada serviría que tuvieras cuatro trabajos si no ahorras un porcentaje de los ingresos que recibes.
En ese sentido, muchos expertos financieros recomiendan guardar un mínimo del 20%. El resto puede dividirse en un 50% para los gatos básicos y un 30% para los personales.
Con esas cifras podrás ir ahorrando lo suficiente como para pagar el crédito hipotecario que necesitas. Puedes además usar una cuenta bancaria de ahorros, la cual hará todo el proceso por ti y hasta multiplicará tu inversión.

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